La mama tuberosa se desarrolló hasta un alto grado de deformidad, con elevación severa del surco submamario y un fuerte anillo de constricción, forma tubular y cónica, areolas con hernia y tórax vacío alrededor de la base constreñida de los montículos mamarios.
La paciente recibió reducción areolar, la técnica personal de mamoplastia de tuberosidad de cuatro colgajos del Dr. Nogueira para tratar la glándula tubular, redondearla y descomprimirla, bajando el pliegue submamario a un nivel óptimo y preparación para alojar las prótesis para reconstruir el polo inferior del pecho que está ausente.
La caída mamaria se mantiene intacta, ni peor ni tampoco mejor que antes de la operación, ya que la paciente no deseaba elevación de mamas; si hubiera deseado una elevación se habría indicado y aplicado una mastopexia tipo Lejour con incisión en chupachups; de todos modos esta es una opción disponible en cualquier momento en el futuro.
A pesar de que los implantes con forma anatómica son los preferidos por la gran mayoría de las pacientes debido a su naturalidad y mayor eficiencia en el llenado del polo superior de la mama, aún algunas pacientes prefieren optar por los redondos pues buscan el efecto de forma de bola en el escote, aceptando sus desventajas en términos de polo superior hueco y un efecto de alguna manera artificial, logrando resultados satisfactorios como este.
Debido a las particularidades del caso y para evitar una migración hacia arriba de los implantes debido a una insuficiente adhesión de la cubierta de las prótesis a los tejidos circundantes, la paciente optó por implantes recubiertos de poliuretano que proporcionan el grado más alto de adhesión a tejidos de todos los del mercado gracias a su efecto bío velcro, de forma redonda y rellenos de gel cohesivo, colocados en el seguro, no agresivo y mínimamente invasivo bolsillo subfascial, la técnica de elección para evitar complicaciones y malos resultados.
La notable asimetría mamaria se manejó usando bases, alturas y proyecciones diferentes en las dimensiones nominales de referencia de las prótesis mamarias.
Este caso ejemplifica la absoluta necesidad de que el cirujano planifique correctamente la cirugía buscando la mejor centricidad posible de los pezones respecto los implantes mamarios, pues de lo contrario se produciría una grotesca deformidad de mamas bizcas, aunque el precio sea dejar un escote vacío; nada justifica sacrificar la centricidad de los pezones dentro del montículo mamario, ni siquiera la plenitud del escote.
Dicho de otra manera, el aumento mamario es simplemente un aumento de la mama, un realce, un agrandamiento del pecho, allá donde esté la mama y como esté la mama; no se puede ignorar nunca la base de implantación mamaria y la ubicación de los pezones, estos son pilares para obtener un buen resultado de la mamoplastia de aumento, como se puede comprobar en este excelente caso; si la paciente nace con mamas laterales el aumento mamario no va a poder modificar esta condición, pues lo que permiten las prótesis es mejorar la mama, no su ubicación, desconocer este principio conlleva siempre un pobre resultado.
No persisten restos de deformidad en los resultados postoperatorios, que muestran una mama bien equilibrada, erradicación de la conicidad y forma tubular, ausencia de hernia areolar, polos superior e inferior plenos, buen escote y un montículo mamario natural absolutamente normal; la simetría se mejoró muy notablemente.
LEER MENOS